Esta exposición de la obra de Regina Saura ilustra un viaje que ha realizado a través de su entorno cotidiano inmediato.
Son caminos que ha elegido casi inconscientemente y que transmiten paz y serenidad y, al mismo tiempo, forman parte de la base que inspira su obra.
A través de estos caminos que uno elige cada día llegamos a saber algo más de nosotros mismos y, en este caso, de ella y de su obra.
La planta del pueblo de Gaüses, donde vive Regina, se replica en la exposición mediante guías, para que el espectador pueda recorrer estos rincones decidiendo a cada paso su ruta personal, deteniéndose en los momentos en los que Regina decidió detener el tiempo para entregarse al arte de la contemplación y plasmarlo en su obra.
A través de estas guías, crecen y crecen los árboles del bosque por el que camina y donde se trazará la obra. Encontraremos 9 obras/momentos con proyecciones de imágenes del paisaje real en cada una de ellas. Cada obra, en formato apaisado, mide 120 x 175 cm. En cada una encontraremos diferentes momentos del paseo. Se necesitará una distancia de 3,50 m para colocar los proyectores y poder tener el formato adaptado a la obra, pero sería ideal que los proyectores se colocaran en la parte superior o inferior de la obra perpendicularmente y a poca distancia.
Imágenes del bosque (proyectadas)
El mismo concepto que en la propuesta anterior puede hacerse en un formato más pequeño. La obra se dibuja sobre un lienzo colgado de una guía ligeramente ondulada (no tiene por qué ser paralela). El lienzo es emitransparente para que se pueda ver el vídeo en movimiento que hay detrás, además de tener un ligero pliegue ondulado para que se pueda sentir el movimiento del cuadro al paso de los espectadores. La pantalla funciona como cerramiento del espacio y, a efectos informativos, será flexible, visible por ambos lados y transparente cuando esté apagada. Será mucho más fino de lo que parece en la imagen, pero será más grueso que el lienzo y sólo veríamos un lado.
La idea sería vincular la imagen representada con el movimiento del vídeo.
Pensamos en una sala que pudiera ser cuadrada o circular, la instalación se adapta a cualquier espacio.
La instalación también puede concebirse como una fusión de imagen en movimiento, sonido y pintura sobre tela no tejida o papel, con posibles proyecciones en las paredes, el suelo o el techo, creando un espacio y haciendo que el espectador experimente la obra además de contemplarla.
Es una atractiva pintura en movimiento que sugiere a su obra la dinámica de un proceso natural. sugiere a su obra la dinámica de un proceso natural. Su poderoso lenguaje en esta obra recuerda al teatro de sombras: desde una pantalla, (cuyas dimensiones pueden ser variables), cuenta cómo la naturaleza cambia constantemente, sus sonidos e imágenes hacen que el espectador se sienta inmerso en ella.